lunes, 9 de junio de 2008

El Contexto Internacional y Nacional de la Educación Autor: Ciro Felipe Millán Meneses

El Contexto Internacional de la Educación:

Las veloces transformaciones, el constante aumento de bienes y servicios, el progresivo avance científico y tecnológico, la inevitable globalización de los mercados y conocimientos que ha experimentado la humanidad en las últimas décadas, han dado origen a lo que se ha denominado la “sociedad de la información” o “civilización del conocimiento”. En este nuevo entorno cultural, la educación emerge como el principal y privilegiado instrumento de desarrollo personal y colectivo. Por ello, gobiernos y organismos internacionales impulsan estudios que les permitan evaluar la capacidad de sus sistemas educacionales para responder a las nuevas demandas de esta realidad emergente.
Así, por ejemplo, al iniciarse la década del ochenta, el gobierno de Estados Unidos encomendó a una comisión de alto nivel que examinara la calidad educativa del país. El resultado fue un informe que se llamó “Una nación en peligro”. El imperativo de reformar la educación. Entre las razones para tan dramático título, el documento estableció que el trece por ciento de los estadounidenses de diecisiete años eran “funcionalmente analfabetos” (Incapaces de leer, escribir y realizar cálculos sencillos); los resultados de las pruebas de aprendizaje de sus alumnos mostraban una baja en relación con los años sesenta; los logros en matemáticas y ciencias estaban disminuyendo; los alumnos, en general, no conseguían alcanzar habilidades intelectuales de orden superior. El estudio concluía que Estados Unidos debía perfeccionar su enseñanza, con especial énfasis en las competencias básicas y con miras a las exigencias de la sociedad del conocimiento.
El gobierno de Corea también encomendó a una comisión presidencial el análisis de estos temas a principios de los noventa. El notable desarrollo de ese país durante las últimas décadas se ha basado fuertemente en su educación: en 1944, el 86 por ciento de sus habitantes era analfabeto; hoy, en cambio, el promedio de escolaridad supera los doce años. Aún así, la comisión propuso que se iniciase una reforma para “asegurar el liderazgo en una era de información y globalización”. Recomendó intensificar la formación común o general, introducir las nuevas tecnologías de multimedia “que revolucionarán la educación en todas sus dimensiones” y mejorar la calidad para alcanzar estándares internacionales, lo que implicaba favorecer la creatividad por sobre la memorización repetitiva y readecuar el curriculum escolar.
Un importante punto de reflexión en la reorientación del proceso de enseñanza/aprendizaje en el mundo lo constituyó la Conferencia Mundial sobre la Educación para Todos, celebrada en 1990 en Jomtien (Tailandia), ante una convocatoria del PNUD, UNESCO, UNICEF y el Banco Mundial. El objetivo de la conferencia era “tratar la manera de atender a la inmensa demanda insatisfecha de una educación pertinente y eficaz” .
Con el objetivo de asegurar a cada individuo la oportunidad de “ampliar su horizonte personal, contribuyendo al mismo tiempo al bienestar general”, los participantes acordaron impulsar una “acción moral y material excepcional” orientada a proveer una “educación básica para todos”. Es decir, para niños, jóvenes y adultos; realizada dentro y fuera del aparato escolar y durante toda la vida; que se midiera por lo efectivamente aprendido y no por los años de estudio; que valorizara todos los saberes, incluyendo los tradicionales y los no tradicionales; que fuese diferenciada en contenidos y medios; y que se entendiera como responsabilidad de todos los actores de la sociedad y no sólo del Estado.
En consecuencia, era también imprescindible generar fórmulas y herramientas lo bastante flexibles para permitir a los alumnos y maestros adaptarse permanentemente a los cambios. Como lo señala el informe La educación encierra un tesoro, elaborado entre 1993 y 1995 por la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI que encabezó Jacques Delors, “es deseable que la escuela le inculque (a la persona) el gusto y el placer de aprender, la capacidad de aprender a aprender, la curiosidad del intelecto”, “El saber no tiene más límites que la posibilidad misma de aprender”, agrega el citado documento, “Gracias a la democratización de la educación, la unión entre los diferentes pueblos del mundo es cada vez más fuerte y las barreras que impiden compartir el patrimonio científico y cultural de la humanidad van cayendo una tras otra. Este movimiento se ve reforzado por las innovaciones en el campo de las comunicaciones y de los grandes medios de información. El saber y los conocimientos técnicos, las destrezas, habilidades y competencias, en una palabra, los recursos humanos, son cada vez más indispensables para la supervivencia de cada país en el mercado mundial, que ya no es sólo el de bienes y servicios sino también el de las ideas. La educación es esencial tanto para preservar la identidad cultural de un pueblo como para favorecer el entendimiento y la comunicación con otros pueblos”.
Cada país, especifica el informe Delors, debe orientarse hacia la educación a lo largo de la vida, basándose en cuatro pilares:
1.- Aprender a conocer;
2.- Aprender a hacer;
3.- Aprender a vivir juntos y
4.- Aprender a ser.
Esos cuatro pilares han servido como orientación e inspiración a la reforma educativa chilena, tanto para definir las nuevas políticas educacionales como para elaborar los programas.

Muchos países comenzaron a actualizar y modernizar sus currículos, especialmente durante los años noventa, debido a que los jóvenes están cada vez más expuestos a los medios de comunicación, que les transmiten conocimientos y una forma de entender la vida. Al respecto, un documento del Ministerio de Ciencia, Educación y Cultura de Japón señala que las políticas educativas niponas deben tomar en cuenta la creciente influencia de los nuevos medios informativos, porque “además de los libros, los diarios, la radio, la televisión y otros medios tradicionales de información, ciertas técnicas nuevas como las computadoras, las redes avanzadas de información, las comunicaciones por satélite y la radiodifusión por satélite se han desarrollado rápidamente como consecuencia del progreso espectacular de la tecnología electrónica. Estas nuevas técnicas se han utilizado no solamente en los negocios y la industria, sino también en distintos sectores de la sociedad: los servicios públicos, la medicina, la enseñanza y aun la vida doméstica”.
Pero no son sólo los nuevos medios tecnológicos y de comunicaciones los que están penetrando en las aulas. Los “contactos humanos internacionales”, como aparecen mencionados en una encuesta de la UNESCO sobre educación internacional , forman parte cada vez más habitual, de los sistemas educativos, como un reflejo de la creciente, poderosa e ineludible globalización de nuestra sociedad.
De la mano de estos procesos de globalización y del acceso casi ilimitado a las comunicaciones, aumenta cada vez más el interés por conseguir que los padres y las comunidades locales participen en las decisiones respecto del futuro de sus hijos, en vez de que sea el Estado el que planifique ese futuro para ellos. En 1990, durante una conferencia preparatoria al informe de UNESCO, se enfatizó particularmente en la necesidad de “acopiar una mejor información en apoyo de la elaboración de las decisiones políticas, tanto en el ámbito de la comunidad como en el nacional. Desde este punto de vista, se considera que la planificación de la educación tiene que facilitar más bien el proceso educativo, y no dirigirlo” . La participación de los profesores, obviamente, resulta preponderante en este proceso de actualizar y perfeccionar la educación. Para impulsar esa participación se requiere, a su vez, incrementar los esfuerzos para ayudar a la comunidad educativa a mejorar cada día más. Pero esto “no radica simplemente en la capacitación u obtención de diplomas; se trata también de una cuestión de motivación y dedicación, sin éstas, tiene escaso interés supervisar el aprendizaje de los alumnos y menos aún ayudarles a mejorarlo”, afirma el citado informe de la UNESCO.
Al respecto, en 1989 el Consejo de Establecimientos Escolares de Australia , consideraba esencial entre otros aspectos que la formación inicial docente “dosifique adecuadamente la teoría y la práctica; que los maestros puedan acceder a un perfeccionamiento continuo durante su carrera a fin de satisfacer sus necesidades profesionales y las necesidades del sistema en el que trabajan; y que las oportunidades de progreso profesional y las condiciones de trabajo sean tales que la gran mayoría de los docentes experimentados se sientan satisfechos en sus empleos, conserven una buena moral y permanezcan en la enseñanza”.
Otro de los temas que se debatían a principios de los noventa en el mundo pedagógico era el de las evaluaciones, principalmente referidas a alumnos y maestros. Al igual que en Chile, en muchos países la polémica se ha centrado en cómo utilizar los exámenes y tests para incrementar efectivamente la enseñanza y el aprendizaje. Al terminar la reunión de Jomtien, el PNUD, la UNESCO, el UNICEF y el Banco Mundial concluyeron lo siguiente: “Que el incremento de las posibilidades de educación se traduzca en un desarrollo genuino del individuo o de la sociedad, depende en definitiva de que los individuos aprendan verdaderamente como resultado de esas posibilidades; esto es, que verdaderamente adquieran conocimientos útiles, capacidad de raciocinio, aptitudes y valores. Los enfoques activos y participativos son particularmente válidos para garantizar esta adquisición y permitir a los aprendices realizar plenamente sus potencialidades. De ahí que sea necesario definir, para cada programa educativo, niveles aceptables de adquisición de conocimientos, y aplicar sistemas mejorados de evaluación de los resultados”.
A principios de los noventa, CEPAL resaltó con mucha lucidez los desafíos que se le planteaban a América Latina en este nuevo contexto. En su informe Educación y conocimiento: Eje de la transformación productiva con equidad (1992), se sostiene: “La reforma del sistema de producción y difusión del conocimiento es, entonces, un instrumento crucial para enfrentar tanto el desafío en el plano interno, que es la ciudadanía, como el desafío en el plano externo, que es la competitividad. Los sistemas educacionales han experimentado en las últimas décadas una expansión cuantitativa notable. Presentan, sin embargo, obvias insuficiencias en lo que respecta a la calidad de sus resultados, a su pertinencia con respecto a los requerimientos del entorno económico y social y al grado de equidad con que acceden a ellos los distintos estratos de la sociedad. Su institucionalidad tiende a la rigidez, a la burocratización y a una escasa vinculación con el entorno externo. Los cambios que se proponen se orientan a asumir las actividades de producción y difusión de conocimientos como tareas estratégicas de largo plazo que requieren el más amplio consenso y un compromiso financiero estable con su desarrollo; focalizar la acción en los resultados de la educación y en su articulación con las exigencias del desempeño de las personas, las empresas y las instituciones; romper el aislamiento de los establecimientos educativos; introducir mayores márgenes de autonomía en las decisiones, así como mayor responsabilidad por los resultados”.

El Contexto Nacional de la Educación

En la década del ochenta se produjeron importantes cambios en el sector educacional chileno. Con el propósito de descentralizar, se traspasó la dependencia de los colegios desde el Ministerio de Educación (Mineduc) a los municipios. Esta decisión fue muy resistida por los profesores, debido a dos factores principales. Por una parte, los municipios se convirtieron en sus jefes o empleadores, en tiempos en que los alcaldes eran autoridades designadas y no electas; tenían escasa legitimidad y se cuestionaba la competencia de los municipios para administrar la educación (en algunas comunas ese cuestionamiento se mantiene hasta hoy). Y por otra parte, cambió su régimen laboral. Los docentes dejaron de estar sujetos a la normativa común de los funcionarios públicos y se regían ahora por el Código del Trabajo. Con este traslado, perdieron condiciones laborales especiales asociadas a sus tareas, la posibilidad de moverse de una localidad a otra conservando el empleo y todas las garantías del sector público , así como oportunidades de perfeccionamiento en servicio y el reconocimiento salarial por la experiencia.
Durante el proceso de traspaso de escuelas a los municipios se produjo la fuerte crisis económica de 1982 y se recortaron sustancialmente los recursos fiscales en distintos ámbitos, aunque la economía se recuperó a partir de 1986, los fondos destinados a educación, lejos de aumentar, siguieron decreciendo todos los años. Paralelamente, la población escolar siguió aumentando, con lo que la disminución en el financiamiento educativo se hizo crítica.

Ventajas y desventajas de la subvención: La educación pública gratuita, es decir, íntegramente financiada por el Estado se inició oficialmente en Chile en 1860, cuando se decretó que todos los niños y niñas del país debían obtener su enseñanza primaria sin necesidad de pagar por ella. También desde el siglo XIX, aquellos establecimientos particulares que imparten educación en forma parcial o totalmente gratuita han recibido ayuda fiscal. A partir de 1951, siendo ministro de Educación Bernardo Leighton, se estableció que el monto del subsidio a estos colegios equivaldría a la mitad de lo que pagaba el Estado por alumno en las escuelas públicas. O sea, el colegio particular subvencionado, gratuito, recibía del fisco una determinada cantidad por alumno y debía conseguir el resto de los fondos que necesitara en otros ámbitos. En los hechos, sin embargo, el monto del subsidio a la educación particular fue muy variable en las tres décadas siguientes y rara vez alcanzaba para cubrir una proporción significativa de sus costos.
A partir de 1980 la situación cambió y se uniformó la cantidad de dinero por alumno que asistía a clases, sin importar si el beneficiado pertenecía al sistema municipal o al particular subvencionado. Todos los establecimientos del país, los fiscales que comenzaban su traspaso a los municipios y los particulares gratuitos, deberían financiarse sólo con esos recursos, que se pagarían mes a mes.

Canalizar los recursos hacia las escuelas a través de la subvención por alumno que asiste a clases, presenta una serie de ventajas:
1. Transparencia: se sabe exactamente cuánto se invierte por estudiante;
2. Discriminación positiva: se pueden establecer diferencias y pagar más a las escuelas rurales o a las de educación especial con mayores necesidades;
3. Eficiencia: permite planificar mejor la entrega de recursos;
4. Descentralización: el Estado entrega los recursos y el sostenedor (municipio o particular subvencionado) los administra; es más conveniente que las decisiones se tomen más cerca de los actores que están siendo afectados;
5. Premio a los mejores establecimientos: los fondos siguen a los alumnos. Si los padres consideran que una escuela es superior a otra y matriculan ahí a sus niños, el Estado automáticamente va a canalizar más recursos hacia ella;
6. Flexibilidad: las familias pueden elegir el colegio más adecuado para sus hijos. Esta decisión es particularmente importante cuando los niños ingresan por primera vez al colegio. No opera con la misma fuerza una vez que ya están estudiando, pues los padres prefieren intentar que mejore la escuela elegida antes de llegar al último recurso, cual sería cambiarlos a otro colegio. Naturalmente, esta flexibilidad funciona en los sectores urbanos y no en los rurales, pero de todos modos es una ventaja para la mayor parte de la población; y
7. Premio a la retención de alumnos: la subvención paga por alumno que asiste a clases y ello es un estímulo para que los colegios se preocupen especialmente de que los estudiantes vayan a clases.

El principal inconveniente de este método es que los colegios también pueden seleccionar a sus alumnos, lo cual puede llevarlos a dejar fuera a los estudiantes con menor facilidad para aprender y/o menos disciplinados, bueno hoy con la Ley General de Educación que se encuentra en trasmite en el congreso, no se puede hacer selección de alumnos hasta sexto básico, lo cual en parte es bueno, “pero lo que debe a ser este país para avanzar grandemente en calidad y equidad es no hacer selección ni lucrar desde prekinder a cuarto medio”. (C. Millán 2008).

El sistema necesita fortalecer la capacidad de los padres para que sean ellos los que informadamente escojan las escuelas para sus hijos y no sean éstas las que decidan a qué estudiantes admitir y a cuáles no. Otra dificultad deriva de que los sostenedores municipales y particulares tienen costos relativamente fijos como los sueldos de los profesores pero los ingresos que obtienen de la subvención son variables, dependen del número de alumnos que asiste a clases; esta situación les puede provocar desajustes financieros. El sistema lleva, por un lado, a poner especial atención a la asistencia a clases y, por otro, obliga al sostenedor a adaptar rápidamente sus costos y, por tanto, el número de docentes a la cantidad de estudiantes que efectivamente concurre a la escuela, por eso observamos los problemas que debe enfrentar el Mineduc hoy con respecto a la subvención.

Aportes insuficientes: Hasta 1990, cada escuela percibía exclusivamente la subvención por alumno para financiarse, por lo que su monto cobró una singular importancia. Pero, como se señaló anteriormente, a fines de los años ochenta continuaron bajando esos subsidios y también otros aportes por alumno que otorgaba el Ministerio de Educación, incluyendo algunos recursos para textos y las ayudas en alimentación de la Junaeb (Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas). Mientras, el número de estudiantes crecía, acentuando la falta de recursos en la educación pública. Este problema era particularmente serio, pues el noventa por ciento de los colegios del país sólo contaba con esas subvenciones para pagar a sus educadores. Así, no sólo los alumnos estaban en condiciones muy desmejoradas, sino también los docentes. Su salario mínimo era el mismo que el de un trabajador no calificado; muchos profesores recibían 18.000 pesos mensuales, lo que equivale a menos de 70.000 pesos en dinero actual. Estas circunstancias provocaban una seria desmotivación entre el profesorado. Una demostración clara de ello fue el desinterés de los jóvenes por estudiar pedagogía. Los postulantes a esa carrera en las universidades habían disminuido de modo ostensible: a principios de los años ochenta había más de 35.000 interesados anuales y en 1990 habían disminuido a 25.000. Mientras en 1982 fueron 5.700 los nuevos profesores que obtuvieron su diploma, diez años después, en 1992, los titulados se redujeron a 2.580, menos de la mitad. Adicionalmente, los establecimientos debían mantener y renovar su infraestructura física con el mismo subsidio mensual. En el caso del sistema municipal, se había disuelto la Sociedad Constructora de Establecimientos Educacionales y el dinero para construir escuelas en las poblaciones nuevas provenía del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), que manejaban las propias regiones y con medios bastante limitados. Todas recibían más o menos la misma cantidad de aportes, sin importar la cantidad de alumnos respectiva, así es que las más populosas regiones Metropolitana, Octava, Quinta, sufrían de una escasez abismante de recursos. A la infraestructura escolar le hacían falta reparaciones hacía más de quince años.
Sin embargo, la calidad de la educación dejaba mucho que desear. A modo de ejemplo, el resultado nacional de la prueba Simce (Sistema de Medición de la Calidad de la Educación) realizada en los cuartos básicos en 1990, fue de 60,1 por ciento de respuestas correctas en matemáticas y 61,2 por ciento en castellano. Se percibía, además, un serio problema de equidad. Siguiendo con el mismo ejemplo, los resultados del Simce de cuarto básico de 1992 en las escuelas rurales fueron del 34 por ciento en ambas disciplinas; es decir, menos de la mitad del promedio nacional y aún más lejos del 80 por ciento de la educación particular pagada.
A principios de los noventa nos encontramos con un sistema educacional abandonado por el Estado en términos de recursos y de importancia relativa. Los profesores obtenían remuneraciones muy deterioradas, al punto de que un número cada vez menor de jóvenes se interesaba por la docencia. En síntesis, los principales asuntos pendientes en la educación chilena a partir de 1990 consistían en:
1. Grave insuficiencia de recursos
2. Desmedrada situación de los docentes
3. Insuficiente infraestructura y materiales didácticos
4. Carencias en calidad y equidad de la educación
El desinterés y la falta de prioridad para la educación en Chile contrastaban con la creciente atención que ella recibía en otras partes del mundo, como resultado de los exigentes cambios tecnológicos que habían estado ocurriendo.

En el primer gobierno de la concertación y sus sucesores: Analizadas las características y necesidades del Chile que se asomaba a la última década del siglo, con el retorno a la democracia en 1990 se comenzó a poner especial acento en el desarrollo de programas de mejoramiento educativo. La Concertación había hablado de continuidad y cambio, de cambios con estabilidad. Así se hizo. Se mantuvo la descentralización e incluso se fortaleció, se sabía que, para elevar la calidad y aumentar la equidad, se requería que la renovación partiera desde las bases, es decir, desde las propias aulas. Asimismo, se necesitaba acelerar el cambio en el enfoque pedagógico desde la memorización enciclopédica hacia el enseñar y aprender a aprender.

Por otra parte, el Presidente y el gobierno se habían comprometido a conseguir un crecimiento económico y un adecuado equilibrio fiscal; la expansión de la economía y una mayor base tributaria serían la fuente de recursos para la ampliación futura de los programas educacionales y de otras áreas sociales. La oposición había expresado que no serían capaces de alcanzar esos objetivos de crecimiento y equilibrio en democracia.
Desde el principio, se decidió actuar con extrema responsabilidad en materia fiscal. Se tenia muy presentes los altísimos costos sociales de las crisis anteriores. El desempleo y la inflación seguían altos; la deuda externa debió ser renegociada. Durante los últimos años del gobierno militar, se había establecido una serie de rebajas tributarias y se planteo revertir esas rebajas para atender las urgentes necesidades sociales.
Se logro un acuerdo que permitiría destinar una cantidad importante de fondos para los nuevos programas, pero que daba un horizonte de sólo cuatro años, ya que el principal impuesto, el IVA, mantendría su tasa del 18 por ciento sólo hasta 1994. A partir del segundo semestre de 1990, los recursos adicionales permitieron elevar en diez por ciento el presupuesto que el gobierno democrático había heredado en educación para ese año. Esos fondos se dedicaron entonces, principalmente, a aumentar el número de raciones escolares entregadas por la Junaeb y a reajustar la subvención por alumno, pues la ley de subvenciones vigente en 1990 tenía un mecanismo que, en la práctica, se traducía en que su reajuste anual era menor que el aumento del índice de precios al consumidor (IPC). Eso significaba que su valor real iba quedando atrás. Por ello, una de las primeras leyes del gobierno del presidente Patricio Aylwin fue asegurar que las subvenciones se reajustaran en base al IPC.

Estabilidad, un factor vital: La estabilidad fiscal se ha mantenido decididamente durante toda la década. Y ha sido importante no sólo para los resultados económicos (el crecimiento de país, bajar la inflación y asegurar el empleo), sino también para garantizar una política educacional efectiva. Uno de los problemas del sector, tanto en Chile como en el extranjero, ha sido precisamente que esas políticas han sido inestables por lo general. Si algún área necesita perspectivas de largo plazo es ésta, pues los alumnos estudian alrededor de una década o más y las transformaciones necesitan varios años para materializarse. La estabilidad fiscal se ha convertido en una aliada de la reforma, pues ha permitido que exista una cantidad adecuada de recursos, independientemente de las coyunturas económicas. La prueba más importante se vivió a fines de la década del noventa con la llamada crisis asiática, que se pudo sortear sin afectar las inversiones en educación. Aparte de los ingresos tributarios, se recurrió al financiamiento internacional. Se preparó y negoció un programa con el Banco Mundial. Los proyectos acordados en ese contexto el primero se conoció como Mece básica , tiene la gran ventaja de dar un horizonte de tiempo y dar estabilidad, ya que se proyectan a cuatro o cinco años plazo. Además, a través de ellos se accede a la opinión de especialistas extranjeros que conocen los cambios que están realizando otros países, lo que enriquece las ideas planteadas en Chile.

Dos temas principales: Durante los dos primeros años del gobierno de Aylwin, la acción se concentró en dos temas principales: mejorar las condiciones de trabajo y las remuneraciones de los profesores (para lo cual se elaboró y se puso en marcha el Estatuto Docente) y concretar un programa de apoyo a las escuelas más pobres (Programa de las 900 escuelas, o P-900). También se iniciaron otros planes para elevar la calidad y la equidad educativas en los distintos niveles escolares (conocidos como los Programas Mece), se ideó una red informática interescuelas denominada Enlaces, y se buscó una manera de incentivar la autonomía y la creatividad pedagógicas a través de los llamados Programas de Mejoramiento Educativo (PME) y los demás gobiernos de la concertación han seguido la misma línea Calidad y Equidad.

Estatuto docente: En 1991 se promulgó el Estatuto de los Profesionales de la Educación. Conocido como Estatuto Docente, traspasó a los profesores desde el Código del Trabajo que rige para los trabajadores privados a una normativa especial referida a sus condiciones de empleo, incluyendo una mejor escala de remuneraciones, bonificaciones y asignaciones, y mayores condiciones de estabilidad laboral. No fue fácil encontrar una solución para los educadores. De hecho, la regulación de 1991 fue modificada sobre la base de una propuesta que se elaboró en 1994, y se convirtió en ley al año siguiente. Había que conciliar los recursos fiscales disponibles con las necesidades y aspiraciones de aumento de remuneraciones; por esta razón, el incremento de esas rentas fue gradual. Era necesario compatibilizar la descentralización administrativa con normas generales, lo que implicaba armonizar las subvenciones (el pago por alumno que asiste a clases) con ciertas normas sobre gastos en personal, gastos que, a su vez, eran totalmente independientes del tamaño del alumnado.

P-900: El Programa de Mejoramiento de la Calidad de las escuelas básicas de sectores pobres (P-900) persiguió apoyar al diez por ciento las escuelas con peor rendimiento y mayores necesidades, para que los alumnos del primer ciclo de educación básica (hasta cuarto año básico) logren dominar las destrezas culturales básicas: lectura, escritura y matemática elemental. Así, bajo el principio de la discriminación positiva, el P-900 que comenzó en 1990 con el apoyo financiero de los gobiernos de Suecia y Dinamarca genero acciones para que el contexto en que se desarrolla el trabajo de profesores y estudiantes sea el más adecuado, para aumentar la calidad de los procesos de enseñanza y de aprendizaje, y también para mejorar la gestión escolar. A través de este programa se entregan materiales pedagógicos y se ofrece asistencia técnica, que consiste en talleres para educadores y el apoyo de monitores jóvenes para alumnos de hasta cuarto básico. Originalmente, el P-900 incluía sólo el primer ciclo básico, pero después se amplió para cubrir desde kinder o segundo nivel de transición hasta octavo, es decir, toda la enseñanza básica. El Mineduc firmó convenios a tres años plazo con cada escuela para que se diseñara una estrategia que les permitiese superar su situación. Pasado ese período, debería evaluarse su gestión.

Mece básica: A principios de los noventa se inició también la preparación del Programa de Mejoramiento de Calidad y Equidad de la Educación Básica (Mece básica). Orientado a la educación parvularia y básica, persigue mejorar sus condiciones, procesos y resultados y lograr progresivamente la igualdad de oportunidades, llevando a cabo una discriminación positiva en favor de los grupos que están en riesgo educacional. En ese marco, se amplió fuertemente la entrega de textos en la enseñanza básica, se inició la distribución de las bibliotecas de aula que implica que cada sala de clases mantiene unos 70 libros para estimular los hábitos de lectura y se incluyó un programa para aumentar la cobertura en educación parvularia e introducir modalidades no tradicionales en esta área. Este programa se desarrolló entre 1992 y 1997 con el apoyo del Banco Mundial, y luego se ha mantenido e incluso ampliado con recursos nacionales, cambiando su nombre a Programa Básica; ya está incorporado a las tareas regulares del Ministerio. El Mece básica representó un aumento de inversiones en infraestructura y materiales didácticos, e innovaciones en el proceso educativo. Asimismo, en este marco se iniciaron la red educativa Enlaces y los Programas de Mejoramiento Educativo o PME.

Enlaces: La Red Enlaces fue originalmente un proyecto piloto de red interescolar por computadoras y consistió en instalar tecnología informática de punta en escuelas marginales rurales y urbanas; luego se fue extendiendo hacia todos los establecimientos. Los resultados de las evaluaciones demuestran que la introducción de la informática educativa está mejorando significativamente los niveles de creatividad de los alumnos, a la vez que han aumentado sus niveles de comprensión lectora.

Mece rural: Se desarrolló asimismo un programa especial llamado Mece rural (Todos los proyectos Mece cambian su nombre a “Programa” cuando dejan de depender de recursos internacionales. En este caso, hoy se llama Programa de Educación Rural Básica.), orientado a más de tres mil escuelas incompletas, pequeñas y dispersas que enseñan a niños de hasta sexto básico en cursos combinados. Estas escuelas multigrado, atendidas por uno, dos o tres profesores, requerían una propuesta pedagógica especial que permitiera trabajar simultáneamente con niños con distinto nivel de escolaridad y que incorporara elementos propios del mundo rural, pues las prácticas urbanas no les eran aplicables en muchos aspectos.
Con el Mece rural se buscó aumentar y mejorar los conocimientos y capacidades pedagógicas de los más de cinco mil docentes de esta área, para que ellos incrementen, a su vez, el potencial de aprendizaje de sus alumnos. Ha dotado a los niños con textos y materiales especialmente diseñados para sus respectivas realidades que, además, permiten el avance diferenciado de acuerdo a las capacidades de aprendizaje de cada alumno dentro del grupo o curso combinado.
También se han creado Microcentros de Coordinación Pedagógica, orientados a que los maestros de escuelas cercanas se reúnan periódicamente para analizar las innovaciones aplicadas en cada establecimiento y hacer los respectivos seguimientos de esas experiencias. Estas agrupaciones son organizadas por los supervisores del Ministerio, que prestan apoyo técnico, pero su coordinación corre por cuenta de los propios profesores. De esta manera, el Mece rural persigue superar el aislamiento profesional de los docentes y adecuar la oferta curricular a las escuelas multigrado y sus respectivas realidades rurales. Los microcentros prefiguran la escuela que la Reforma Educacional ha querido generalizar: una escuela no burocrática, autogestionada, flexible y abierta al medio. En ellos está anticipada la comunidad de aprendizaje en que se debería convertir cada equipo docente del país. Las escuelas rurales constituyen un lugar de encuentro natural de las familias. La propuesta del Mece rural considera diversas estrategias para acercar a los padres, y especial a las madres, a la educación de sus hijos. Durante estos últimos años se está llevando a cabo, en zonas donde no existe educación parvularia formal, el programa “Conozca su Hijo”, una experiencia a cargo de las propias mamás. Así, además de la atención de los pequeños de cuatro a seis años, el objetivo es vincular a la familia con el proyecto educativo del establecimiento, generar una alianza en beneficio de los niños y niñas y mantenerla durante todo el tiempo que ellos permanezcan en la escuela.

Mece media: Cuando comenzaba el gobierno del Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, a mediados de los noventa, se inició un programa para mejorar la calidad de la enseñanza media de todos los establecimientos del país: el Mece media. De la mano de esta iniciativa, cuya preparación había comenzado durante el gobierno de Aylwin, comenzó a gestarse la idea de realizar una profunda reforma curricular, que se estrenaría formalmente en 1996 para la educación básica y un par de años más tarde, para la enseñanza media.

Proyectos de mejoramiento educativo: A principios de la década se estableció un fondo para Proyectos de Mejoramiento Educativo (PME), orientados no sólo a perfeccionar la educación básica y media, sino también a fortalecer la autonomía pedagógica de las escuelas y liceos. Inédito, este programa se ha convertido en un importante desafío para los profesores y directivos. A partir de su diagnóstico particular, cada comunidad educativa define su proyecto. El equipo docente diseña las acciones más pertinentes para sus alumnos y establece metas, plazos y estrategias de evaluación; todo ello, orientado a enfrentar situaciones problemáticas y a promover innovaciones en los procesos pedagógicos o de gestión. Para obtener financiamiento, los PME compiten entre sí en concursos de carácter provincial que evalúan su calidad técnica, su impacto sobre el aprendizaje y el nivel de riesgo socioeducativo del establecimiento. Una vez seleccionados, los colegios reciben los fondos y un paquete de apoyo didáctico que les permite contar con las herramientas, equipos e insumos básicos (televisor, videograbador, retroproyector, etc.) para desarrollar sus programas, los cuales duran habitualmente entre dos y tres años.
Esta iniciativa se ha transformado en una buena experiencia de descentralización pedagógica. Para apoyarla, el Ministerio ha otorgado a los equipos directivos de las escuelas y liceos la posibilidad de administrar directamente los dineros que reciben.

Ley General de Educación (LGE, En tramitación en el congreso): Se basa en más calidad e igualdad para todos, universalidad y educación permanente; calidad de la educación; equidad del sistema de enseñanza; participación; responsabilidad; articulación del sistema educativo; transparencia de la información del conjunto del sistema educativo, incluyendo los resultados académicos y flexibilidad.

Ley de Subvención Preferencial (Ley núm. 20.248 establece ley de subvención escolar preferencial): En vigencia desde el 1 de Febrero del 2008, Artículo 1º.- Créase una subvención educacional denominada preferencial, destinada al mejoramiento de la calidad de la educación de los establecimientos educacionales subvencionados, que se impetrará por los alumnos prioritarios que estén cursando primer o segundo nivel de transición de la educación parvularia y educación general básica.
Artículo 2º.- Para los efectos de la aplicación de la subvención escolar preferencial se entenderá por prioritarios a los alumnos para quienes la situación socioeconómica de sus hogares dificulte sus posibilidades de enfrentar el proceso educativo. La calidad de alumno prioritario será determinada anualmente por el Ministerio de Educación, directamente o a través de los organismos de su dependencia que éste determine, de acuerdo a los siguientes criterios:
a) Los alumnos cuya familia pertenezca al Sistema Chile Solidario tendrán la calidad de prioritarios por el solo ministerio de la ley.
b) Los alumnos de familias no comprendidas en la letra precedente serán considerados prioritarios, para los efectos de esta ley, cuando sean caracterizados dentro del tercio más vulnerable de las familias que cuenten con caracterización socioeconómica de su hogar, según el instrumento de caracterización vigente.
c) Los alumnos de familias no comprendidas en las letras anteriores y que no cuenten con la caracterización socioeconómica de su hogar de acuerdo con los instrumentos señalados precedentemente, tendrán la calidad de prioritarios cuando sus padres o apoderados hubieren sido clasificados en el tramo A del Fondo Nacional de Salud.
d) Tratándose de alumnos cuyos hogares no cuenten con la caracterización socioeconómica de su hogar, de acuerdo con los instrumentos señalados precedentemente, o que no hayan quedado comprendidos en las letras anteriores, para los efectos de su calificación como prioritarios, se considerará, en orden sucesivo, los ingresos familiares del hogar, la escolaridad de la madre y, en su defecto, la del padre o apoderado con quienes viva el alumno, y la condición de ruralidad de su hogar y el grado de pobreza de la comuna donde resida el referido alumno, en la forma que establezca el reglamento.
Las familias de alumnos identificados como prioritarios, según los criterios señalados en las letras c) o d) anteriores, deberán contar con la caracterización socioeconómica de su hogar, según el instrumento vigente, en el plazo de un año desde la determinación de su calidad de alumno prioritario. Transcurrido dicho plazo, el alumno cuya familia no cuente con la caracterización señalada perderá su calidad de alumno prioritario a partir del año escolar siguiente.
La determinación de la calidad de alumno prioritario, así como la pérdida de la misma, será informada anualmente por el Ministerio de Educación a la familia de dicho alumno y al sostenedor del establecimiento en que éste se encuentre matriculado.
En resumen más recursos para los niños y niñas vulnerables asociados de manera vinculante a la calidad en los procesos educativos de la escuela y calidad en los resultados de aprendizaje.

Ley aumento de las subvenciones a establecimientos educacionales (Ley núm. 20.247 modifica el DFL. nº 2, del ministerio de educación, de 1998, estableciendo un aumento de las subvenciones a establecimientos educacionales): En vigencia el 24 de Enero 2008, lo que indica un 15% de aumento a la subvención actual.

Superintendencia (En tramitación en el congreso): Será un organismo para, acreditar desempeño de los establecimientos educacionales de acuerdo a pautas y criterios conocidos, que se cuente con normas y gestión de calidad; evaluar los logros de aprendizaje de los alumnos de acuerdo a estándares; supervisar y evaluar la implementación del currículo dentro del marco nacional; evaluar la satisfacción de padres y alumnos y su participación en la comunidad escolar; dar cuenta a los tribunales de las faltas o delitos; garantizar el cumplimiento de las prerrogativas constitucionales, asegurando el derecho a la educación y libertad de enseñanza.

Desarrollo Docente: La formación inicial, desarrollo y perfeccionamiento continuo deben garantizar el fortalecimiento permanente de las competencias formadoras y las habilidades para favorecer aprendizajes de calidad.

Modelo de Gestión: Sistema de Aseguramiento de la Calidad, es un conjunto de elementos (estructuras, políticas, personas, normas, planes, procedimientos, prácticas y recursos) que se utilizan en una organización, para implantar dentro de sus procesos, actividades planificadas y sistemáticas de mejora que significarán una mejor calidad de sus productos y/o servicios, por ejemplo el Mineduc tiene el Sistema de Aseguramiento de la Calidad de la Gestión Escolar (SACGE) y Fundación Chile, se encuentra el Modelo de Gestión Escolar de Calidad.


En resumen se muestra un cuadro con las diferencias entre la primera, segunda ola de reformas y la nueva reforma:



Una vez que tenemos claro el contexto internacional y nacional con respecto a la educación, es decir, las reformas educacionales que se han desarrollado a lo largo del tiempo, podemos entrar a entender mejor lo que es: “La Gestión Escolar De Calidad y que implicaciones reales puede tener en nuestros alumnos”.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Antecedentes muy relevantes para hacernos recordar la historia de nuestra educación tanto en el mundo como la local y sobre todo hoy con respecto a la calidad de la misma muy buen analisis.

Anónimo dijo...

El cuadro resumen sobre la Nueva Reforma ejemplica muy bien lo que hoy se quiere con la nueva Ley general de Educación, Felicitaciones por tus aportes tan acertados al ámbito de la calidad educacional.

Anónimo dijo...

Mira estoy trabajando en una investigación sobre “Las Reformas Educacionales en Chile”, y tu artículo me ha sido de mucha ayuda, sobre todo el cuadro resumen que sale al final, observe la columna de la Nueva Reforma y los pilares que tu pones son muy lógicos, pero mi pregunta es ¿La Ley General de Educación apuntara a esos pilares?.

Las Tecnologías de la Información y Comunicación al Servicio de la Gestión de la Calidad Escolar dijo...

Isabel, claro que apunta en esa dirección, profesores y directivos de los establecimientos educacionales, no han visto o no quieren observar que la LGE, es un aporte a la regulación de una vez por todas al sistema educativo, sin ir más lejos el SEP, Subvención Escolar Preferencial la cual es una ley que obliga categorizar a los establecimientos en tres niveles, autónomos, emergentes y en recuperación, para esto hay una ley SEP, la cual te invito a analizar, todos los establecimientos municipales deben desarrollar planes de mejora, los establecimientos emergentes y en recuperación serán ayudados por empresas externas que pertenecen a un registro de asistencia técnica del Mineduc. Bueno Isabel espero que estas ideas te sirvan para tu trabajo, disculpa la tardanza de la respuesta, más vale tarde que nunca un gran saludo y abrazo desde la distancia de nuestro Norte.